Agradable ruta circular en la que, desde diferentes miradores, contemplamos espectaculares vistas de los embalses de Calcón, Vadiello, y de los Mallos de Ligüerri. Pasamos por varias ermitas, primero por la Fabana, y después por las que vamos encontrado a lo largo de la ruta a San Cosme. Por último veremos los ancestrales esconjuraderos de Cruz Cubierta y Cruz Blanca, enmedio de una vegetación densa de pinos, carrascas, bojes y chinebros, refrescados por algunas fuentes y el río Calcón.
Salimos desde la Casa del Estebañón y tomamos la senda dirección norte que sube hasta el Alto del Grao.
Desde el Alto de Grao no es posible ver el embalse, pero si nos desplazamos unos 50 m hacia el este, decubrimos una buena panorámica del mismo. Hemos de ser prudentes al acercanos al borde ya que hay un buen precipicio. Continuamos la ruta descendiendo 1km hasta llegar al camino de rodea el embalse, después pasamos por la fuente de las Lañas y una caseta de campo. Justo ahí encontramos una pista corta por la que podemos ir a ver la Cola del Calcón y/o remontar hasta el siguiente punto de este track.
La ermita de la Fabana se halla en un estado ruinoso y no es pudente entrar en su interior por peligro de derrumbe. Sin embargo es posible descansar bajo la magnífica carrasca que hay enfrente y contemplar las vistas panorámicas por la parte de atrás de la ermita. Continuamos nuestra marcha como si fuéramos a la Tejería, pero a medio camino debemos tomar el sendero señalizado que sube hasta el Alto de la Carrasca.
En este punto observamos una panorámica inmejorable: a nuestra derecha podemos ver el Pico Mondinero, y de frente, la Peña y el Huevo de San Cosme y al fondo el embalse de Vadiello junto los magníficos Mallos de Ligüerri. Realizando un ligero descenso seguimos la pista por la derecha unos 700 m, hasta encontrar la indicacón hacia el Huevo de San Cosme. Subimos por esta senda pasando por un bosque de carrascas y chinebros y, a unos 600m, nos desviamos a la izquierda por un caminito que nos lleva al Mirador de Vadiello
Desde el mirador se puede contemplar casi en su totalidad la zona del embalse de Vadiello con los Mallos de Ligüerri a nuestro lado. Si nos acercamos al borde del Mirador debemos ser prudentes puesto que hay un buena caída. Regresamos por el mismo camino hasta encontrar otra vez a la pista por la que vinimos y giramos a la derecha para seguir por la ruta de la ermitas.
La primera ermita que encontramos es la de la Virgen de la Fabana, que está cerrada y en un estado ruinoso. La siguiente es la capilla de San Gregorio también en ruinas. A continuación encontramos la capilla de Fuensanta, que es la que está mejor conservada. Aunque la capilla propiamente dicha está muy descuidada, en la parte de la izquierda hay un merendero con una bonita fuente de agua fresca que surge de la misma montaña. Más abajo pasamos por otra capillita bastante bien conservada, la de San Úrbez y finalmente, antes de llegar a San Cosme, encontramos la ermita de San Miguel que también está en ruinas. A pocos metros tomamos el sendero que lleva a la Cruz Cubierta, pasando por un lindo bosquecillo de carrascas y boges.
Esta curiosa edificación, abierta a cuatro vientos, tenía la finalidad de exconjurar las tempestades y granizadas que tanto daño producían a las cosechas. Se trata de creencias ancestrales que han ido pasando de generación a generación. Seguimos el recorrido atravesando la pista y tomando el camino no indicado de a la Cruz Blanca. Recorremos unos 3'5 km enmedio de un vegetación muy tupida a base de pinos y carrascas, pasamos por el barranco del Pilón junto a la fuente que se encuentra a pocos metros del mismo y finalmente subimos una ligera cuesta hasta llegar al exconjuradero de la Cruz Blanca.
Se trata del mayor exconjuradero de la provincia de Huesca y se halla en un sitio sumamente estratégico, en la cresta de la montaña justo, en el límite entre los términos de Panzano y Coscullano, con una panorámica extraordinaria para poder exconjurar las tormenta a los cuatro vientos. Desde allí seguiremos la pista que bordea el término municipal durante un kilómetro para girar después a la izquierda bajar directamente hacia la Casa del Estebañón.
El recorrido no representa niguna dificultad especial. Solo hay que tener la precaución de no asomarse demasiado en los miradores, puesto que no hay ninguna valla que lo impida y el precipicio es importante.